Terminar con una relación que nos hace daño

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Uno de los temas más complicados, la ruptura de una relación dañina. Quizás no exista cosa más difícil que terminar con una relación nociva en la que estamos sumergidos, en especial cuando llevamos años con esa persona. Para hacerlo, necesitamos primero entender muy bien la mecánica de una relación destructiva y a continuación explicaremos detalladamente cómo es que uno termina metido en estas relaciones, para así poder entender qué es lo que se debe hacer y cómo, así como qué podemos esperar de ello.

Terminar con una relación que nos hace daño

El amor es, más que un sentimiento, una fuerte adicción

Lo más sencillo es pensar en el amor como una adicción, solamente que esta puede ser benéfica o destructiva. Es muy sencillo identificar una y otra, pero tremendamente difícil terminar con ambas. Así como la gente que hace ejercicio encuentra placer al hacerlo después el día que no lo hace se siente mal, el amor funciona de forma similar. Nos produce placer estar con la persona que nos gusta y si todo marcha bien, entonces, como en el caso del ejercicio, es muy difícil que esto se vuelva una relación tormentosa, sino que es algo positivo.

Una relación tormentosa

Una relación tormentosa, destructiva o dañina se caracteriza por sentimientos de abandono, por maltrato, por faltas de respeto, desesperanza, malos ratos, abuso físico o verbal, desinterés por parte de la otra persona, indiferencia, etc. Si reconoces alguno de estos síntomas, entonces caíste en el lado contrario, tu adicción no es sana ni positiva, es más bien como beber en exceso o fumar; sabes que te hace mal, te sientes terrible muchas veces, pero por aquellos pequeños y breves momentos de satisfacción, crees que vale la pena.

Superar una adicción a una relación malsana

Debes tener en cuenta que va a doler, que no va a ser fácil y que seguramente vas a tener la necesidad de volver a consumir, o bien, de buscar de nuevo a esa persona, igual que alguien que deja de fumar revisa todas las colillas cuando está desesperado solo para inhalar un poco más de tabaco. Aunque es un ejemplo burdo, es exactamente lo que sucede.

El síndrome de abstinencia

Se presenta cuando no tenemos acceso por un periodo de tiempo al motivo de nuestra adicción, con el amor sucede lo mismo.

Una buena adicción puede curar una mala adicción con el tiempo

Aquí es donde el dicho: “un clavo saca a otro clavo” es válido. No se trata de conseguir a otra persona, porque para que desaparezca una adicción suele tomarse al menos 6 meses y es necesario buscar una nueva fuente de placer. Es más que obvio que no podremos sentir placer con otra persona porque estamos en depresión por otra, así que buscar otra pareja no es la solución. Pero hacer ejercicio, salir a pasear con el perro, comenzar a dibujar, cantar, etc., sí nos ayuda a sentir placer. El secreto está en terminar con la relación y buscar la voluntad y determinación para no volver a buscar a esa persona y vencer como sea la depresión para comenzar nuevas actividades. Salir a comprar ropa u otras cosas que podamos vestir es una muy buena forma, no tiene nada de superficial, se trata de vernos y sentirnos bien, lo que proporciona un alivio momentáneo que nos puede dar la fortaleza para comenzar otra actividad, buscad una sana adicción y apegarse a ella. Claro que nos tardaremos al menos 6 meses en promedio para tomarle el gusto, pero al cabo de esos seis meses habremos cambiado un mal hábito, una mala persona, por algo útil y saludable.

¿Has vivido alguna relación que se haya vuelto tóxica?

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